Hay dos acontencimientos ocurridos en 2024 que determinan las consecuencias actuales que tenemos con los retrasos marítimos. A continuación te los comentamos.
Uno de los factores más disruptivos en el transporte marítimo actual es el conflicto en el Mar Rojo, que ha llevado a muchas navieras a evitar el Canal de Suez. En su lugar, están optando por rutas más largas alrededor del Cabo de Buena Esperanza, lo que puede añadir hasta 14 días adicionales al trayecto. Este cambio no solo ha extendido los tiempos de tránsito, sino que también ha incrementado los costos operativos, afectando la fiabilidad de los cronogramas de envío.
La sequía extrema en el Canal de Panamá, agravada por el fenómeno de El Niño, ha reducido los niveles de agua en sus lagos, limitando la capacidad operativa del canal desde 2023. Esto ha obligado a las navieras a aplicar recargos y desviar cargas hacia otros puertos, incrementando la saturación y los tiempos de espera en puntos clave como Manzanillo (México), Callao (Perú) y Cartagena (Colombia).
Estas problemáticas han exacerbado los retrasos marítimos entre España y Latinoamérica, impactando directamente en la puntualidad de los envíos. Actualmente, solo el 50% de los viajes marítimos se realizan en los plazos previstos, en comparación con el 80% de antes de la pandemia.
Más allá de los factores coyunturales, existen desafíos estructurales que también afectan las rutas marítimas entre España y Latinoamérica:
Los puertos de ambos continentes enfrentan una saturación crítica debido al aumento de la demanda y a la limitada capacidad para gestionar grandes volúmenes. Esto provoca demoras en las operaciones de carga y descarga, afectando especialmente a puertos como Algeciras, Santos y Caucedo.
La falta de inversión en modernización y expansión de infraestructuras portuarias ha dificultado la adaptación a las crecientes demandas comerciales, especialmente en un contexto donde los fenómenos meteorológicos extremos también están afectando las operaciones.
A pesar de estos desafíos, existen alternativas que pueden ayudar a mitigar los retrasos marítimos entre España y Latinoamérica.
La diversificación hacia rutas menos saturadas o el uso de alternativas terrestres y ferroviarias puede aliviar la presión sobre los puertos más afectados. Esto también incluye explorar nuevos hubs logísticos que descongestionen las principales rutas marítimas.
La incorporación de herramientas como la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT) en la gestión portuaria puede mejorar significativamente la eficiencia de las operaciones. Sistemas predictivos para identificar cuellos de botella o fenómenos meteorológicos también son clave.
Los acuerdos entre España y los países latinoamericanos pueden acelerar la adopción de estándares comunes, la reducción de trámites burocráticos y la planificación conjunta de infraestructuras estratégicas.
El transporte marítimo entre España y Latinoamérica está en una encrucijada. Por un lado, los factores globales y estructurales están generando retos sin precedentes; por otro, estas crisis también ofrecen una oportunidad para transformar y modernizar el sector.
El comercio internacional necesita adaptarse a un contexto cada vez más incierto, donde la eficiencia y la sostenibilidad serán esenciales para mantener la competitividad. Mientras las empresas ajustan sus estrategias y los gobiernos coordinan acciones, el éxito dependerá de la capacidad de responder a las crisis con resiliencia e innovación.
¿Cómo está enfrentando tu empresa estos desafíos? Estamos a tu disposición para ayudarte a salir airoso.