¿Hablamos de liderazgo en la empresa? Pues entonces tenemos que contarte que no hay un solo tipo de liderazgo, sino muchos. Cada uno de ellos con ventajas y desventajas que es interesante conocer.
Para sacar lo mejor de un equipo de trabajo (y, en consecuencia, para llegar al éxito en tu proyecto o empresa) es necesario encontrar el tipo de liderazgo más acorde con los objetivos.
El primer paso es conocer los distintos perfiles de líder y cuáles son las ventajas de cada uno de ellos.
Te los presentamos a continuación.
Es importante comprender que el liderazgo es una habilidad con muchos matices.
Existen diferentes formas de aplicarlo, en función de lo que cada empresa necesite. Es más, el mejor líder es aquel capaz de combinar distintos tipos de liderazgo y pasar de uno a otro en función de las necesidades, las características de un proyecto o la cultura organizativa de la empresa.
Para acercarnos a este tema, hemos seleccionado los 7 tipos de liderazgo que nos parecen más representativos. Son estos:
Comenzamos por el que se considera menos eficiente y que conviene superar. El líder autocrático toma sus decisiones individualmente, sin consultar ni contrastar información. No hay debate de propuestas ni análisis. La relación laboral se basa exclusivamente en la jerarquía y las relaciones de poder.
Si bien puede ser útil en ocasiones puntuales, cuando es imprescindible tomar una decisión rápida para resolver una situación, no resulta efectivo en el largo plazo.
La cultura organizativa de la empresa se resiente ya que el clima laboral no favorece el trabajo en equipo ni la cooperación. Es poco constructivo y puede llevar a la toma de decisiones erróneas.
En contraposición con el anterior, este tipo de liderazgo pone en valor la participación del equipo y sus aportaciones.
Aunque, finalmente, es el líder quien toma la decisión, existe un debate previo y las propuestas de las personas trabajadoras se escuchan y se analizan.
Esto repercute directamente en la motivación y anima a los equipos a ser más creativos para buscar nuevas soluciones.
El punto fuerte de este tipo de liderazgo es, por tanto, que favorece el trabajo en equipo, la cohesión y la satisfacción personal de los empleados. Aumenta el compromiso con el proyecto.
Hay que tener en cuenta, eso sí, que los procesos de toma de decisión llevan más tiempo. También, al potenciar las individualidades, requiere una gran capacidad por parte del líder para moderar los debates, evitar desacuerdos y extraer siempre los mejores resultados.
El líder burócrata se ciñe a las normas establecidas por la empresa y no admite nada fuera de lo pautado.
Su trabajo consiste en vigilar que todo se realice tal cual estaba programado, sin variaciones ni injerencias. Es un tipo de liderazgo rígido, poco o nada receptivo a la iniciativa de los miembros del equipo.
No es recomendable para empresas que necesiten incentivar la innovación o basen su trabajo en soluciones creativas.
Sin embargo, puede resultar efectivo en otros casos, cuando los procesos empresariales estén altamente protocolizados, como por ejemplo tareas de alto riesgo.
Este tipo de liderazgo es el que proporciona más libertad al equipo para trabajar con la mínima supervisión. Los líderes “dejan hacer” a los empleados, con la confianza de que, sin establecer pautas estrictas, se obtendrán los mejores resultados.
No es un tipo de liderazgo que se pueda aplicar siempre. Puede funcionar en equipos muy motivados y con mucha experiencia, personas que se sientan más inspiradas si pueden trabajar libremente y sin seguir organizaciones estrictas.
El líder interviene en ocasiones contadas, pero debe hacer seguimientos exhaustivos. La monitorización del trabajo es clave para que no se difuminen los objetivos y todo el equipo se mantenga trabajando en la misma dirección.
Como su nombre indica, se basa en una transacción, un acuerdo entre el líder y los miembros del equipo.
Consiste en establecer un sistema de premios o retribuciones en función de los objetivos conseguidos. La motivación de los empleados se activa por las recompensas.
Hay que tener en cuenta que también existirían penalizaciones en el caso de no alcanzar las metas propuestas.
Es un tipo de liderazgo muy orientado a la productividad y la consecución de logros, y en ese sentido puede ser efectivo. A la vez, también puede resultar excesivamente rígido, ya que el hecho de que un equipo no alcance un objetivo puede deberse a múltiples factores que no van a ser analizados.
Existe el riesgo de que se produzca un alto nivel de frustración en el equipo, si no alcanza los retos propuestos.
Para muchos, es el liderazgo genuino, inspiracional. El líder sabe mantener en máximos la motivación. Los miembros del equipo trabajan con compromiso con el proyecto, un alto nivel de implicación y entusiasmo personal.
Este clima laboral favorece la creatividad y el aporte de soluciones. El equipo trabaja a gusto, siente que su esfuerzo es reconocido y se autoexige una alta participación.
En este caso, el desempeño del trabajo exige al equipo una permanente superación personal. Para obtener mejores resultados se invita constantemente a las personas a salir de su zona de confort para asumir retos mayores.
Si bien se obtienen excelentes resultados, se deben vigilar los riesgos. Esta dinámica, mantenida en el tiempo, puede resultar extenuante y acabar “quemando” al equipo.
Existen muchas fórmulas para incentivar el liderazgo en la empresa y numerosas pautas para que los directivos asuman roles de líder. Sin embargo, hay personas capaces de ejercer el liderazgo sin necesidad de formarse o incorporar técnicas aprendidas.
Son los líderes naturales, personas a las que el equipo sigue de forma intuitiva. No necesitan ejercer un papel, en ocasiones ni siquiera tienen la intención de ponerse al frente, y sin embargo el equipo los toma como referencia.
Muchas veces el líder natural no ejerce como tal, por lo que esa cualidad pasa desapercibida y se desaprovecha para la empresa. Por tanto, es interesante detectar quiénes son las personas capaces de ejercer un liderazgo natural para potenciarlos.
Como apuntamos al principio, el mejor líder es el que puede moverse de un estilo a otro, y aplicar lo que considere conveniente para sacar lo mejor de su equipo.
¿Quieres saber más? Te explicamos cómo liderar un equipo de trabajo exitoso.
Para crecer, para ser más competitivo, para que tu empresa sea un referente, aplicar el tipo de liderazgo más adecuado es importante.
Es algo que sabemos bien, y por eso en Mimpo Global Logistics trabajamos basándonos en el trabajo en equipo y en las capacidades de liderazgo, algo que nos permite ser referentes en nuestro sector.
Gracias a nuestra filosofía empresarial, llevamos más de dos décadas creciendo y mejorando. ¿Quieres conocernos y saber cómo podemos ayudarte? Contacta con nosotros y háblanos de tu proyecto.